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Septiembre 8 de 2021
Natividad de la Santísima Virgen María/ Fiesta.
¡PAZ Y BENDICIONES!
Hermanos y hermanas misioneros, reciba un fraternal saludo lleno de fe y esperanza en el Señor Jesús, la fuente de nuestro ser misioneros. Espero con mucha confianza en Dios que ustedes sus familias y comunidades estén bien.
La fiesta de la Natividad de la Virgen María, es un motivo grande para estar agradecidos con Dios. La Iglesia desde el principio, quiso destacar la presencia de María en el caminar del pueblo cristiano. Dentro de sus celebraciones surgió esta fiesta y la situó en el 8 de septiembre.
Para nosotros discípulos de Jesús y misioneros de Buena Nueva, es importante no perder de vista que nuestra fe en Cristo Jesús, nos lleva a contemplar y hacer parte de nuestra vida la presencia de María. Tiempos de incertidumbre y desasosiego nos está tocando vivir, sin embrago la Palabra de Dios siempre es nuestra esperanza, una esperanza que desde antiguo los profetas anunciaban; el profeta Miqueas invita a mirar hacia adelante animando la esperanza del pueblo, habla de un futuro donde surgirá “el jefe de Israel” y “Él se alzara y pastoreara con el poder de Yahve” (Miqueas 5,1-4). Es un anuncio de aliento, anunciando que Dios siempre trae motivos de esperanza, no puede ser de otro modo. Él es todo amor y solo quiere transmitirnos ese amor a través de todas circunstancias en las que se desenvuelve nuestra vida.
En la vida de todo misionero, han de existir siempre motivos para creer y esperar en Dios; es lo que hoy conmemoramos, un gran motivo de nuestra fe: el nacimiento de una niña judía, María que fue elegida por Dios para ser la Madre de Jesús. Una niña que viene a enriquecer con su sola presencia, este nuestro mundo tan necesitado de esperanza. Algunas personas se sorprenden de lo poco que nos cuentan los evangelios de María; sin embargo lo que nos manifiestan los evangelios canónicos, de María que es una presencia discreta. Presencia discreta, que el misionero debe cultivar en su vida y con quienes se relaciona en la comunidad; se puede decir hermanos misioneros que lo poco que nos cuentan los evangelios de María, es suficiente para ver determinadas actitudes que nos hablan de sensibilidad: las bodas de Caná, la visita a su prima, el guardar en su corazón lo que escuchaba de su Hijo. Aprendamos de María en su sensibilidad, para saber acompañar a nuestros hermanos en el peregrinar de su fe, así como María nos sigue acompañando a nosotros seguidores de su Hijo.